“Las expectativas no se cumplen…” Fue una frase que creo yo marcó la bienvenida del ágiles 2017. Este año a la comunidad de Chile le tocó ser la anfitriona de uno de los eventos más importantes y más mágico para los agilistas.
Por primera vez tuve la oportunidad de asistir al Ágiles, me habían hablado mucho del evento, y las ansias de estar ahí, de reencontrarme con amigos y de aprender me estuvieron martirizando por meses.
El primer día del ágiles salí extremadamente emocionada de casa, lista para lo que sea que me esperara. Luego de caminar por unos minutos vi al fin la Universidad Técnica Federico Santa María, sede del evento. Entré algo nerviosa, el registro fue increíblemente rápido y a cada paso las expectativas que tenía fueron reforzándose.
Luego de recoger los sourveniers del evento (una mochila bastante chilena, el polo, mi credencial y una botella de agua), me fui al auditorio, el lugar era bastante grande sin embargo estaba estallando de gente. ¡Que increíble! Realmente era el más grande evento en el año, fui a ubicarme cada segundo más confiada y a cada paso tuve la suerte de reencontrarme con gente maravillosa.
El inicio del evento estuvo lleno de alegría, con música y baile compartiendo así un poco de la cultura chilena con todos los extranjeros ahí. El formato del evento fue open space por lo tanto diariamente hubo un marketplace lleno de propuestas interesantes, por lo que en mi caso fue muy difícil decidir cada hora a qué charla ir. Era impresionante ver cómo todos los asistentes estaban dispuestos a compartir lo que sabían y a aprender unos de otros.
Durante el primer día tuve la oportunidad de participar de la clínica ágil de Martin Alaimo, donde Pablo Tortorella me ayudó y enseñó mucho para mi preparación como coach, luego en una charla de expectativas, amores y desamores cuando nos enfrentamos a la transformación de empresas con Marcela Barrera, Kata de Mejora Continua con José Luis Lee, Introducción a #NoEstimates a cargo de Mauricio Tello con Fred Madrigal, y terminé con la sesión Slow de Thomas Wallet.
El segundo día mi idea era estar en todas las charlas que trataban de temas completamente desconocidos para mí así que estuve en la sesión de Jardines Japoneses y Autofacilitación, con Juan Gabardini y Thomas Wallet, Coaching con Legos de Fred Madrigal, luego estuve en Organizaciones 3.0 con Luis Mulato, donde sin querer y sin planearlo tuve que replicar la minicharla que compartió con nosotros Hiro Hiromoto sobre toyota Kata, lo cual ya no me olvido más, y para terminar el día no podía perderme la sesión del genio, Freddy Alegre, Poniéndole límites al control.
Ya para el tercer día personalmente me sentí más reflexiva y un poco emotiva no quería que el evento llegara a su final, por lo que mi prioridad fue reforzar lazos con las personas y asistí al workshop de Design Sprint: Aplicando Design thinking con Iván Jimenez, luego a la sesión más divertida en la que estuve: Desnudando al Facilitador, durante la cual, nos hicieron hacer una representación de un equipo en problemas y con un don natural logramos meternos increíblemente bien en nuestros papeles junto al increíble Guillermo
El cierre del evento dejó la barrera muy alta, muchísima alegría y baile, todos los agilistas gozando al rededor de la banda de música, lleno de colores, cada quién a su ritmo y como amigos de años, el carnaval agilista no pudo ser más divertido, globos de agua volando por los aires, la gente corriendo, las carcajadas a todo volumen y la música hicieron de ese momento el más memorable de todo el Ágiles.
Tengo mucha suerte de haber conocido a todos los que participaron, de haber compartido con todos. Sólo me queda agradecer por que si bien es cierto las expectativas que tenía no se cumplieron, sino que se superaron en un 1000%, me llevo muchas ideas nuevas, muchas oportunidades, mucho conocimiento y principalmente muchos amigos…. ¡Nos vemos pronto Agilistas! #Agiles2018 #AgilChingon
Eileen Núñez Otazú